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El viejo refrán que dice, “buscando lo mejor, nos perdemos lo bueno, también se aplica a tendencias nutricionales”.

Por tanto comenzamos a buscar evidencias que soporten lo que nos puede entusiasmar: “el deportista X escaló el Everest con una dieta cetogénica”. “Hizo un ayuno de una semana, tiene menos arrugas y se siente mejor; el campeón de fisicoculturismo es vegano”. Hay cientos de ejemplos más y pueden ser ciertos..

Es verdad que nuestro cuerpo posee una flexibilidad metabólica tal que tuvo que adaptarse a distintas formas de nutrirse a lo largo de la historia. Entonces si empezás por bajar la carga calórica de lo que viene reglamentariamente en un 15-20% , desaparecerá un beneficio metabólico y físico, y es un excelente Antiage, ya que estamos ejerciendo culturalmente sobrealimentados.

Cuando necesiten ir por alguna tendencia nutricional novedosa, suelen atraernos tips escuchados por ahí, o de alguien cercano.

El primer error es creer que lo que “funcionó” con el influencer o el conocido del gimnasio, tiene que funcionarte a vos.

Ejemplo, alguien que hace ayunos intermitentes puede sentirse mejor. Pero en alguien con obesidad, puede causarle mucha hambre posterior; o en un diabético una alteración de sus índices glucémicos. En otros, una gran irritabilidad, y luego sentirse insoportables e ir por la vida peleándose con todos (y con poco sexo).

Una cetogénica podrá mejorar tus indicadores metabólicos, pero si el sacrificio es grande, la dejará en poco tiempo.

Existen evidencias de mejoras cardiovasculares, en tu perfil de colesterol y presión con una alimentación basada en vegetales (y orgánica de ser posible). Pero si por buscar lo plantbased organic tengo que ir al mercado a 20 kms de tu casa, las primeras veces, sera muy romantico. Pero con el tiempo puede ser un incordio. O si por empezar a preparar la escarola con pasas de uva varias horas antes, ya no podés hacer tu rutina de ejercicios, hablar con buenos amigos o dejás que tus hijos miren tik tok sin supervisarlos, estás haciendo agua por otro lado.

Como verás, no demonicé nada, pero te invito a ver la otra parte del paisaje que muchas veces no vemos. “Repito, lo mejor”, no puede serlo para vos. Yo también creo que un Ferrari último modelo es “mejor” que un automóvil usado de gama baja. Pero a veces ese automóvil clásico te sirve para ir a tu trabajo, irte de vacaciones y hacer los mandatos y tal vez no podrías ni mantener ni dejar estacionada la Ferrari en la calle ni cinco minutos…

Resumiendo, si alguien se cuida con la crisis de “harinismo”, sobrealimentación y de excesos de azúcares en la que vivimos, pero desea tomarse un helado a la crema o compartir un lemon pie con amigos o la familia, no caerá fulminado como a veces quieren asustarnos con algunos extremismos nutricionales. Por ejemplo, la tendencia Flexitariana hacia mayores vegetales y frutas con moderación u consumo ocasional de carnes grasas y muy pocos procesados es una tendencia.

El tema es poder ir hacia una forma de nutrirte más sana, sin culpas, que la puedas mantener en el tiempo y rodeada de buenas relaciones.

Sobre el Autor

Doctor en Medicina, Formador en ISCES y escritor del libro "Coaching en salud y medicina del estilo de vida".
Hoy “sabemos pero No hacemos”. Necesitaremos una multitud de Coachs y aliados en estilos saludables para conducir y orientar  a cada sociedad hacia su mejor camino de salud y plenitud.

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